La formación

EOS 1100D-0628

LA FORMACIÓN; El elemento que nos despierta.

A través de la formación se construye la nueva vida dejando que Dios la modele. Esta labor es progresiva, nunca concluye, ya que el conocimiento y la fe se han de cultivar día a día. Consta de dos etapas:

Formación inicial. Compuesta por tres periodos: el postulado, en la que la aspirante realiza las primeras experiencias en nuestra fraternidad franciscano-clariana; el noviciado, donde comienza su vida como miembro pleno de nuestra orden, continuando con el discernimiento y la profundización de la decisión de seguir a Cristo, conociendo y experimentando más profundamente la forma de vida de las hermanas; y el juniorado, en el que la hermana clarisa se inicia en la vida consagrada perfeccionando con constancia sus conocimientos y capacitándose para vivir más plenamente el estilo de vida de las hermanas pobres a fin de emitir, finalmente, la profesión de votos solemnes.

Formación permanente. El aprendizaje se prolonga todo el tiempo que dura nuestra existencia como consagradas. Es un descubriendo de Cristo constante en lo personal y lo comunitario,en las hermanas, en el servicio, en el culto, la cultura y en la realidad contemporánea. Es, por tanto, un proceso dinámico de diaria conversión, un crecimiento particular, espiritual y carismático.

La formación permanente se realiza en el contexto de la vida cotidiana de la hermana clarisa, ya sea a través de la oración, durante el trabajo, en las relaciones comunitarias o en la interacción con el mundo externo.

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